Pues sí, más rápido cae hablador que un cojo. Siempre había dicho, "cómo voy a ir a una fiesta de espuma de estos jotos asquerosos, si muchos de ellos con ropa y secos me dan asco; cómo diablos creen que los quiero ver desnudos y mojados (wuaggg)". Pero bueno, ante tantas facilidades, publicidad e insistencia y para que no me digan y no me cuenten, fui a la dichosa fiesta de espuma. Cayó el hablador. Llegué y me puse en modalidad relax, quería conocer, y si encontraba algo que valiera la pena, bien podría considerar un fajesote y hasta sexo, en medio de la pista, entre la cómplice espuma.
Fue una fiesta, un sábado de principios de marzo, con un clima tan pinche frío, (a quién se le ocurre armar esta pendejada cuando oficialmente no se ha largado el invierno, peor aún, quienes son(somos) los pendejos que se dejan arrastrar a estos eventuchos). En fin... llegue me quite la ropa, me quede en bermudas y playera, preferí dejarme los tenis y guarde mis sandalias fínísimas (unas putas chanclas pues) para evitar algún pisotón, resbalón o accidente.
No seré perro, ni criticón de las fachas que llevaron muchos de los asistentes porque quienes leen este blog vayan a sentirse identificados, aludidos y al final ofendidos; por eso no diré nada de las camisetas Hanes que son ropa interior, no de playa; ni de la ropa deportiva que está diseñada para usarse y lucirse en el gimnasio; ni diré nada de las llantas salvavidas que llevaban integradas (jajaja).
La espuma, pues hubo mucha y bien, claro que no faltan los que se quejan, que si el jabón utilizado es corriente, que si les reseca la piel, que si el agua está fría y bien mojada; en cambio yo, como siempre, ecuánime, justo, comprensivo, maduro, cero pedos, me dedique a disfrutar de las decenas, no que digo decenas, centenas, bueno no, me quedo corto, los miles, cientos de miles, que digo...millones de hombres guapos que asistieron a esta fiesta... (snif, snif...buaaaaaaaaaa) ¿la neta?, en cuanto hombres estuvo bien de la verga...no, no, mejor dicho, d-e l-a c-h-i-n-g-a-d-a
El éxito de la noche, los cilindros con vodka a sólo 100 pesitos, dos caballitos en casi un litro de líquido, contenidos en un plástico conmemorativo, que obviamente guarde, lave y lleve a la oficina las siguientes semanas, que pude portar y presumir en las reuniones de trabajo; en el gimnasio, en el transporte público (aunque tenga carro, necesitaba presumirlo), en la iglesia, en el café con mis amigos, en todos lados, llevaba orgulloso mi cilindro... nel, no se crean, apenas me lo terminé lo tiré.
Fua tanto el éxito de los cilindros que se hacía una fila, peor que la del banco en quincena, haciendo de 20 a 30 minutos de espera para obtener un preciadísisimo cilindro con vodka. Dos veces lo intenté mejor me salí de la fila, pagué y pedí otras bebidas, después de mucho tiempo disminuyó la fila, me formé sólo, "y en tan sólo" 12 minutos obtuve el preciado elíxir, de rato caminé al baño, entré partiendo plaza (como a cualquier lugar al que llego) dándole luz, prestigio al sitio, no importa cual sea, incluso el baño, yo super seguro, con mi cilindro en la mano como signo de triunfo; y ya saben todo el aplomo, pasos seguros, firmes, de macho cabrón, pero sin considerar el piso mojado y... chingo a su madre el joto, caí como res, el cilindro salió disparado a quién sabe dónde jijos, y me levante con el orgullo bien lastimado. Ahora sí que... cae más rápido un hablador, y más si es joto. Pero todo esto no fue lo peor, para mi, si no lo que vino después.
Lo que realmente no me gustó, más que la caida, el tiempo de espera, los asistentes, sus actitudes, sus poses, mamonerías y demás, fue la falta de perversión, de deseo, de cachondeo, del ambiente; la espuma al máximo, se podía fajar, cachondear y hasta coger en medio de la espuma, pero no ocurrió, obvio no se pudo entre ellas, las que estuvieron siempre en medio de la pista. No, no, no, no y no; casi nadie, o muy pocos lo hicieron, los demás como colegialas virginales en su primera piyamada, jugueteando y bailoteando en la espuma (que no está mal, pero... para qué tienes a tantos hombres (bueno no de mi gusto, pero si están en la pista ¿es para bailar?) casi desnudos a tu alrededor, y mojados, y calientes ¿para jugar a las niñas virginales?.
El concurso de calzones mojados ni que comentar sobre la dinámica y los concursantes; el show de el, la, o como se diga... el travesti, draga, performancera, artista... el joto ese pues, que se puso su alberca inflable como tocado y su ropa de tres pesos, sus lentos y torpes movimientos (digo, con tanta basura encima quién se podría mover, está cabrón) dizque bien padrísimo y artístico el chou, lo mejor, cuando se le atoraron...ejem, digo, cuando libre y fácilmente saltaron los globitos contenidos en la alberca inflable hacia el público.
No me fue bien, (como siempre, soy bien pinche mamón, sí ¿y?) no hubo nada interesante por conocer, ni encontré a alguno de mis conocidos, aburrido, con frío, resbalado y caido (mi castigo por hablador y joto), ni me empede gracias al sofisticado sistema que implementaron, mejor que el alcoholimetro (tardar 20 a 30 minutos en obtener un cilindro).
Lo único que pesqué en la fiesta de espuma fueron tres semanas de malestar. Las siguientes dos o tres semanas anduve con una pinche gripa de la chingada, calentura, flemas, dolor de cabeza, cuerpo cortado, dificultad para respirar por las noches, me automedique una semana, hasta que no pude y mejor fui al médico, quien me recetó antibiótico, inyecciones, expectorante, y otras medicinas auxiliares. Aunque pensándolo bien, creo que fue lo mejor, porque de haber pescado por puro caliente a algún asistente (tan gachos y nefastos) lo estaría lamentando más que la pinche gripe y contra las metidas de pata, la cruda moral y el arrepentimiento aún no hay medicinas.
Saben ¿cuándo vuelvo a ir a un fiesta de espuma en pleno invierno? Y con todo lo relatado, es más que obvia mi amplia recomendación; no se la pierdan la próxima vez, porque allá estaré, esperándolos, quiero verlos, estaré en medio de la espuma, acechándolos, bien excitado, emocinado, caliente, para que cuando entren en medio de la pista, llenísima de espuma, estaré listo para darles con fuerza, en la boca...con todo mi... grande, grueso, largo y duro... cilindro con vodka.
2 comentarios:
Gracias, me gusta mucho leer tu blog. Saludos.
Saludos, que bueno que te gusten mis traumas y complejos, digo mis anécdotas, alucines y reportes super objetivos u ¿ojetivos?.
Publicar un comentario