Un día más, a correr a tomar el camión al metro, pensando en que ojalá no haya tanto desmadre, sabiendo de antemano que habrá más de lo esperado. La entrada al paradero hasta su madre (de los microbusistas haciendo maniobras a lo pendejo). En el andén, subir las escaleras, colocarse en la cuarta puerta del séptimo vagón de adelante, donde va el chofer, hacia atrás. La puerta de la putería, en la estación de inicio de la línea tres, la verde, que va de Indios Verdes a Universidad.
Todos, todas y los jotos entramos a como dé lugar, todos apachurrados, los jotos buscando apachurrarse más, a veces no, porque el de enfrente o atrás, no nos gusta. Un volado la subida, si se tiene prisa, si no, a hacerse pendejo unos cuantos convoyes y al ver la víctima, subir a empujones y tratar de quedarse cerca, a ver si jala o uno le gusta o a ver qué sucede.
Quedo mal ubicado, unas jotas junto a mi, me giro y quedo a espaldas de un tipo, en principio "normalito", y frente a él, un poco de lado una gordita, jovencita. Empieza a avanzar el metro algunos frenazos intempestivos, y el tipo se va colocando estratégicamente detrás de la chica. Segunda estación, más gente, más apretados, tercera y cuarta peor.
El tipo empieza a repegársele a la chica, ella trata de moverse pero, está muy impedida por la gente y el pasamanos vertical que le queda enfrente. Se mueve, trata, quiere safarse, no le gusta el cachondeo del tipo, pero es imposible.
Que les peguen el camarón, langostino, chilito, vergota o lo que sea, me da igual, así como hay putísimos que siempre andan (¿¿andamos quiénes???) buscando acción, hay muchas mujeres que les gusta, se sienten halagadas, ligan, son unas lobas; no dije que todas y repito, algunas, por eso ni me meto, vaya yo a interrumpir el inicio de un faje, noviazgo, sesión de sexo intenso, o lo que se dé.
Quinta estación y empiezo a ver con calma al tipo, moreno, barba de candado, chacalón, serio, guapo, de unos 29 o 30 años, macizo, se ve que tiene un trabajo físico, de hombre pues, no jotita de oficina como unas que de aquí estoy viendo que me leen. Delgado, cabrón, caliente, le repega todo a la chica y ella ya va mal, de malas, indignada, disminuida, sobajada... no se ha podido safar por tanta gente y el tipo ya se la va casi violando...
Me excita ver al tipo macho, cabrón, caliente, buga, caliente. Me empiezo a acomodar detrás de él, me encanta su aroma, imaginarme que va ya con la verga parada, y se me para mi animal. Sexta estación y empiezo a respirar cerca de su oido, con cierta fuerza, soy más alto que él, y un tanto de excitación un tanto de nervios, que tal si arma un pedote, un pancho, un escándalo, y que diga con fuerza "que te traes puto" o me quiera darme un madrazo, que quiera hacer algo estúpido para defender su hombría. Eso me eleva la excitación y los nervios.
Arranca el metro, llegaremos a Hidalgo, estación de transferencia donde baja mucha gente. La gordita se baja y el tipo, ya ni la pela, ha estado más atento a su espalda. Trata de acomodarse en otro sitio, rápido paso mi mano y brazo derechos, y me agarro con fuerza, hacia el pasamanos donde el cabrón llevaba bien apalancada a la gordita para que no se moviera, me aferro tan bien, que puedo impedirle el paso y me coloco muy bien detrás de él, entra tanta gente de golpe que no tiene opción, sus nalgas contra mi.
Meto mi mano al bolsillo izquierdo de mi pantalón, y puedo safar mi vergota de la trusa, dejándola libre dentro del pantalón, se la repego ya con fuerza, a lo descardo, muy cabrón, y empiezo a moverme como si me lo estuviera tirando. Puedo ver desde atrás, como se mueve, trata de quitarse, mi brazo de un lado no lo deja y del otro la gente, agacha la cabeza, la sube, comienza a respirar de una forma irregular, se siente incómodo, atacado, violentado, sobajado, avergonzado, sin autoridad moral para reclamar...
Un tipo, macho, buga, guapo en el sentido de cabrón, no bonito, macizo, de barba de candado, moreno, treintón, siendo casi violado por un cabronzote más alto, fuerte, vergón, en el metro, frente a todos, me excita verlo desesperado, molesto, incomodo, y pienso "cabrón que rico se siente humillar a alguien, como tú a la gordita, esto es pura venganza".
Sigo con la respiración fuerte, casi tocándole el oído izquierdo, haciéndole sentir lo que él les hace a las mujeres, con algo más grande, más duro, de macho, una vergota vengadora; me siento un vengador, el Vergador Anónimo, me caliento más a cada segundo, llegamos a Juárez y no hay forma, el tipo no puede quitarse de enfrente de mi verga que se la coloco en una nalga, en medio de las dos, estoy muy caliente, ahora lo comprendo, que excitante es agredir sexualmente a alguien...
Arranca el metro, y un poco antes de Balderas logro controlarme, casi, casi, casi termino, sin haberme tocado directamente la verga, sólo untándosela, simulando el movimiento de la penetración en aquellas nalgas vírgenes, de macho, que jamás, nunca, imposible, se imagino que ese día o en su vida, esto le pasaría; Salió corriendo en Balderas, sin voltear entre huyendo y con prisa para ir al trabajo.
De Guerrero a Balderas, cuatro estaciones en las que estuve excitado, como nunca, al límite, por poder disponer a la fuerza del cuerpo de aquel hombre, afortunadamente (tal vez no) logré controlarme a tiempo, de lo contrario me hubiera salido mucho semén (y cuando digo mucho es un chingo, unos diez potentes, gruesos y calientes chorros, más lo que quedara chorrreando) y podría parecer que me había orinado o caído atole, pero el aroma clorado e intenso me delataría; nunca había hecho algo así, ni sentido la tensión sexual, de agresividad, de escándalos público, de nivel e intensidad de excitación.
Ahora busco, tipos que acosen a chicas, para acercarme, acomodarme y devolverles el detalle, la gracia, la caricia, el halago, la suciedad, la bajeza, de andar repegando su verga a las mujeres, soy el Vergador Anónimo.
2 comentarios:
Me gusto, comparto la idea de vengarme de los que se aprovechan de la gente
Que bien guey si es verdad y si es ficcion pues esta chida la idea de ser mas y por encima que un pseudo-machete hijo de la chingada aprovechado y vulgar de la única manera que va a obtener algo en su vida, bravo vato mis respetos
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