Yo no soy exigente

Lo vi, me encantó, alto, guapo, serio, macizo, bigotón y vaquero, sonrisa amplia. Peeero, no era para mi, venía con una de mis "más mejores amigas" jajajajaja, ni modosssss otra noche sin ligue, charlaban animados, y mi amiga me habla, buenas noches, cómo estás, qué cuentas... mira te presento a A, es Arquitecto, ¿sabes A a él también le gusta mucho la arquitectura?, genial, comenzó la charla

Charlamos un rato y AA (A de nombre, y A de arquitecto) tenía que ir al baño, y mi amiga me dice, le gustaste a AA, ¿a poco?, él me encantó, dije; lánzate, me sugirió, pero...creí que venía contigo... no para nada, bueno sí, llegamos juntos pero nomás amigos, tú lánzate; vale, por eso somos las "más mejores amigas".

No perderé más tiempo en detalles, AA regresó del baño y me lance con todo, él respondió muy bien, comenzamos a fajarnos, bueno no, no exactamente... cómo decirlo, mhhhh, algo así como a atascarnos en medio del bar, le metía mano, me metía mano, nos hemos puesto un fajesote. Cuando comenzamos había mucha gente, estaba cerrado, apenas había paso, y de repente, cuando recuperamos aliento, s o l o s en medio del lugar, y casualmente (si, ajá) todos alrededor, dejando espacio, y simulando que ni se habían fijado.

Recuperamos aliento, nos fajamos la ropa y salimos en chinga al hotel, y esta vez no hay detalles pues no es un relato porno, sólo diré que, fue un encontronazo entre machos, calientes, cabrones, guapos (sí, yo también, me debo echar porras). 

A los ocho días, sin citarnos, llegó al bar, lo vi, me vio, nos acercamos, deje a mis cuates, él a los suyos y a fajar como si el mundo se fuera a acabar, en medio del lugar, tres minutos, y vámonos a coger de nuevo; chingón y así, una tercera vez que nos vimos en una plaza comercial, quedamos de vernos exclusivamente para ir directo a ponerle cariño con ganas.

Paso el tiempo, coincidimos de nuevo, en un antro diferente al habitual, él como siempre vaquero y guapo, yo, pues no me describiré, para no mentir ni exagerar, lo vi, nos saludamos le acaricié un poco la mano, no respondió tan favorablemente, comenzamos a platicar; como que aquí hay varios guapos ¿no?, preguntó. Yo, conteste, no creo ehh, puros feos o muy jotitas. Él, cómo ves a ese pelón de bigote; Yo, buena imagen, pero ya viste como se para, saca mucho el pecho y levanta la nalga, además mueve la cadera como nena.

Ya viste, este que ricas nalgas; Yo, mmmhhh tal vez, a mi no me laten, son como de nena, redondas y paraditas, a mi me laten de cabrón, afiladas, paradas, duras; Él, me gusta ese, se ve cabrón y cachondo (no digo nada), se acerca el susodicho, le da más luz al rostro y cuerpo y madres, no pues no, ya no me gustó, dijo AA. 

Estábamos en esa dinámica de los jotos, sabroseando-criticando-chingajodiendo al prójimo cuando me espetó en la cara: pues es que Yo No Soy Tan Exigente...

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más pausa y silencio

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pensé, ya me chingó, ya me chingué por bocón...

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como buena jota, como cualquier mujer, que dices una frase o una palabra con varias interpretaciones o significados, y claro, obvio escogemos las "más mala"o  peor de todas las versiones posibles...

Pensé, pues yo sí soy muuuuuuuy exigente cabrón, por eso te escogí a ti, y tú...pues... tienes todo para ser exigente y no quieres, ve a saber por qué... si te gusta la basura, por barata, yo qué sé... pero claro, me chingo yo con estas ideas y con lo que dijo: como no es exigente pues por eso salió conmigo, pero, me pregunto ¿le da exactamente igual con quién, qué o cual cosa sale? ¿me hizo el favor?, ¿debo darle las gracias por no ser tan exigente?. Pues no sé, pero el cabrón está bien chido, lástima que no sea tan exigente. Por ello, esa noche, ya no insistí en tocarlo, abrazarlo o invitarlo a coger... como no es exigente...