Seven Sins, Guadalajara, el peor antro

He visitado muchos tipos de lugares, pero el peor de todos (en mi experiencia) ha sido el Seven Sins, de Guadalajara. Es una casona que el gobierno pintó por fuera, pero por dentro, está vieja, descuidada y muy oscura. Pero, vayamos al principio: al llegar te recibe un tipo con cara de "que puta gueva, otro joto más" (casi todo el personal actuaba así, con desprecio a la clientela), al subir unas asquerosas escaleras oscuras, con unos láseres para simular la jodidez, para que no se note todo el desgaste y miseria del lugar.

Al subir las escaleras, hay un pasillo que te lleva a varios de los "ambientes" del lugar. Si optas por la izquierda, llegas a una especie de bodegón, de piso de madera super desgastado, sucio, y pegajoso. Con luces estrambóticas que apendejan la vista en serio. No, no no, no son juego de luces, son unos reflectores chinga pupilas. A un volumen y ecualización por demás pinches, no entremos en el detalle de la música.

Si optas por la derecha, llegas a una especie de jaula-apartheid, en donde programan (sí, aja, seguro ponen un pinche disco de MP3 del Mercado de San Juan con los 250 temas más prendidos del pop (basura) en español) música bien padre tipo Paulina, Shakira, Jeans y demás finuras. Podrán deducir cuál es el perfil de asistentes.

Si, al subir las escaleras optas por la derecha, pero no por la jaula, puedes irte por el pasillo lateral y tienes dos opciones: entrar al cuarto oscuro, que está a reventar, y la entrada sólo la tapa una pesada cortina, en la que seguro todo mundo se limpia las manos, pero como está tan pinche oscuro, que ni quien diga algo.

O bien, te sigues derecho y al final hay una puerta aparentemente cerrada, y hay que dar vuelta a la derecha para llegar al baño. El pasillo, en esa ocasión, estaba lleno de miados combinados con tierra, casi lodo, las botellas se amontonaban por todos lados, había que tener cuidado de no pisarlas y caer. El aroma a miados, taladraba el cerebro.

El maltrato, el lugar sucio, apestoso, oscuro y demás detalles, hacen que, en mi experiencia y visión, éste sea por mucho, el peor lugar que he visitado. La inmensa mayoría de asistentes son adolescentes, tal vez muchos menores de edad, que no exigen nada, se dejan maltratar y se arriesgan a todo: a que los roben al asistir a un lugar tan inseguro, al tomar cerveza (barata, quemada, asquerosa), al entrar al cuarto oscuro a desfogarse sin necesidad de pagar hotel.

Esa puerta del final del pasillo, aparentemente cerrada, durante un rato que estuve observando, entraban y salían parejas bugas, tal vez prostitutas (¿travestis? creo que no) con clientes, al salir, a ellos, les llamaba mucho la atención el saber qué pasaba detrás de la pesada cortina, y se asomaban a ver qué, algunos daban un paso dentro, si bien, yo creo no veían muy bien, sabían de que iba y salían asombrados, atónitos, riéndose de "los jotitos jóvencitos" cogiendo en bola, en lo oscuro, en el anonimato.

Si han visitado este lugar, compartan su experiencia, yo sólo fui una vez y jamás he vuelto a ir.

Pedro Moreno 532, esquina Donato Guerra, Guadalajara Centro, Jalisco